Charla con Manuel Tabuenca Gutiérrez (Barcelona, 1924), hijo del cenetista Manuel Tabuenca Peña (Zaragoza, 1913- México, 1980)
Manuel Tabuenca Gutiérrez, hijo del cenetista Manuel Tabuenca Peña (Zaragoza, 1913- México 1980),tenía doce años cuando estalló la revolución social en Barcelona en 1936. A sus 94 años el verano pasado encontró la fuerza necesaria para dejar Méjico, ciudad en la que vive, y viajar hasta Amsterdam para consultar los archivos de CNT-FAI depositados en el Instituto Internacional de Historia Social, en busca de información sobre su padre.
Junto a sus dos hijas, Socorro y Rosa María, y entusiasmado al conocer el poster del mitin en el que participó su padre en abril de 1937 en el teatro Victoria de Barcelona, depositado en el archivo de CNT, accedió encantado a hablarme sobre su padre y a compartir sus memorias sobre los tiempos explosivos de la revolución.
Responsable del Sindicato Ferroviario de la CNT de Barcelona durante la guerra, Tabuenca Peña fue destacado también por sus mítines en la retaguardia. Tabuenca hijo aún recuerda cómo siendo él un niño, acompañó a su padre al cine Novedadespara discutir sobre la huelga general del 36… Y cómo su ferviente compromiso con la revolución, le llevó a subirse a un tren destino Aragón. Aplacando sin embargo su tentativa de luchar en aquel frente, el maquinista y el fogonero que al reconocerle, le recordaron su labor fundamental en la retaguardia.
Un compromiso el de Tabuenca puesto en duda por sus compañeros cuando, con cinco millones de pesetas en el bolsillo, prometió regresar de Francia con carbón suficiente para el ferrocarril (Sospechas que se esfumaron cuando regresó con el combustible a Barcelona)
Con una memoria extraordinaria, Tabuenca me habló de la rendición del cuartel de San Andrés, de los fascistas parapetados dentro de las iglesias, de Mayo del 37, del día que se refugió en la casa CNT-FAI y de Emilia, la miliciana de la Columna Durruti herida en el frente del Ebro. Y de su madre, que al recibir la noticia de la muerte de Durruti comiendo en un restaurant, no logró probar bocado.
Como tantas y tantos otros, los Tabuenca lograron escapar de la España fascista en enero del 39 vía Portbou y dirigirse a Francia. Tras seis meses en un campo de concentración, dónde Tabuenca se llevó consigo una manta del ferrocarril MZA para combatir al frío, la familia tomó el barco Mexiqueel 27 de julio del 39 en el que exiliaron 2000 personas y una vez en México, entraron en contacto con el Servicio de Refugiados Españoles.
Cada primera semana de septiembreen el estado de Chihuahua, me contaban las nietas de Tabuenca, siguen reuniéndose las familias de l@s refugiad@s. Una reunión que trata de combatir ese silencio que se llevaron consigo y donde Tabuenca y su hermana son las últimas memorias vivas de aquella historia.
Almudena Rubio